sábado, 30 de agosto de 2008

Cientos marchan por la paz en Córdoba

Cientos marchan por la paz en Córdoba Cientos de cordobeses ataviados con vestiduras blancas marcharon este sábado por las principales calles de la ciudad, el motivo, exigir a todas las instancias de gobierno un alto total a todo el índice de criminalidad que se vive en la nación Córdoba - 2008-08-30 17:03:02 - Julián Ramos / AGENCIA IMAGEN DEL GOLFO Julian Ramos/ Agencia Imagen del Golfo2008-08-30-17:22:19 Córdoba En punto de las siete de la noche, un gran número de personas vestidas de blanco, recorrían con veladoras las calles de Córdoba en pro de la paz Cientos de cordobeses ataviados con vestiduras blancas marcharon este sábado por las principales calles de la ciudad, el motivo, exigir a todas las instancias de gobierno un alto total a todo el índice de criminalidad que se vive en la nación. En punto de las siete de la noche, iniciaron un recorrido por las principales calles para concluir en el parque 21 de Mayo, mero en frente del palacio municipal, la protesta era la misma ¡ya basta! ¡ya basta! ¡queremos paz! ¡viva la paz! Eran sólo algunas de las consignas. Tal y como se había anunciado, en punto de las siete de la noche, un gran número de personas vestidas de blanco recorrían con veladoras las calles de la ciudad, los abanderaba únicamente el estandarte de la nación, la Bandera de México, todo era silencio, las fachadas de los centros comerciales del primer cuadro de la ciudad lucían a oscuras, se solidarizaban con ellos, el palacio municipal y el parque central en penumbra, sólo veladoras alumbraban, mismas que estaban instaladas en los alrededores del edificio público. En punto de las ocho de la noche, se comenzó a escuchar el Himno Nacional Mexicano, los coros daban con todo, como si quisieran que se escuchara hasta el cielo, la piel se enchinaba, había lagrimas, era la sed de justicia de paz, de tranquilidad que también anhela el pueblo de Córdoba. Posteriormente cada veladora era colocada en los bajos del palacio municipal, en frente de un cirio gigante que fue colocado en la entrada principal de palacio, el edificio principal de los cordobeses; no hubo oradores, se escuchó después el cántico famoso que tanto gustara a Juan Pablo Segundo, el Himno a la Alegría, después todo era silencio, los ahí reunidos se dispersaban con rumbo a sus fuentes de trabajo, a sus casas, a continuar con sus actividades, en tanto la demanda se quedaba ahí, grabada, en medio de tanta veladora, era la misma demanda ¡queremos paz!.

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