domingo, 24 de agosto de 2008

DPA: Elena Garro, a diez años de su muerte

Elena Garro, a diez años de su muerte
Organización Editorial Mexicana
22 de agosto de 2008
DPA
Ciudad de México.- Hace diez años, el 22 de agosto, dejó de existir una de las plumas latinoamericanas más grandes y controvertidas del siglo XX: Elena Garro moría a causa de un enfisema pulmonar en un hospital de Cuernavaca. En el México posrevolucionario, Garro (Puebla, 1916) causó revuelo con su innegable talento, sus polémicas declaraciones y una belleza sublime que cautivó a un joven poeta de nombre Octavio Paz, con quien estuvo casada más de 20 años y con quien procreó una hija."Fue una mujer fascinante de una cultura asombrosa e inteligencia notable", dijo el realizador Arturo Ripstein, quien la conoció en 1965 en casa del escritor Carlos Fuentes. "Elencitos", como la llamaba Paz, creó 16 piezas de teatro, 12 guiones de cine, unos 50 artículos periodísticos y cerca de 15 libros entre cuentos, relatos y novelas.La también coreógrafa y poetisa, de ascendencia española, hizo aportes al realismo mágico y experimentó con el teatro de cámara. Abordó temas como el cacicazgo, el mestizaje o la revolución mexicana. "Su narrativa es fundamental para entender la transición en la literatura mexicana", explicó Luz Elena Gutiérrez de Velasco, especialista en literatura femenina del Colegio de México. "Sus novelas tienen una fuerte carga lírica", agregó.La autora de "Los recuerdos del porvenir", su obra cumbre, fue una férrea defensora de los indígenas, la reforma agraria y los derechos de la mujer. Por ello se relacionó con líderes sindicales como Javier Rojo Gómez (dirigente campesino) y dio apoyo incondicional a Carlos Madrazo, entonces dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI)."Elena llega despampanante y furiosa al despacho del gobernador, al del procurador de justicia, todos los ujieres le ceden el paso. Ir vestida con prendas de Dior, Chanel o Jacques Fath es una estrategia para impresionar", según la escritora Elena Poniatowska. Sin embargo, el trabajo de Garro, alabado por los escritores Juan Rulfo y Jorge Luis Borges, ha sido opacado por una leyenda negra que comenzó incluso en vida de la creadora de "Memorias de España 1937".Desde su relación con Paz, que según algunos le prohibía escribir, y presuntos amoríos, hasta acusaciones de espionaje o supuestos nexos con Lee Harvey Oswald, asesino del presidente John F. Kennedy, Elena Garro siempre estuvo en el escrutinio público. Una de sus biógrafas, Patricia Rosas Lopátegui, dijo que la descalificación de Elena comenzó antes de los años 60 porque "siempre denunció la corrupción del sistema político mexicano, las injusticias o la hipocresía intelectual"."Había críticos que pensaban que si escribían sobre ella ofenderían a Paz", dijo la investigadora del Colmex. Tras un exilio, en 1993 Elena Garro y su hija regresaron a México y se instalaron en Cuernavaca. Hasta el último día de su vida la escritora estuvo acompañada por sus adorados gatos, presa de un delirio de persecución.
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22 de agosto de 2008
DPACiudad de México.- Hace diez años, el 22 de agosto, dejó de existir una de las plumas latinoamericanas más grandes y controvertidas del siglo XX: Elena Garro moría a causa de un enfisema pulmonar en un hospital de Cuernavaca. En el México posrevolucionario, Garro (Puebla, 1916) causó revuelo con su innegable talento, sus polémicas declaraciones y una belleza sublime que cautivó a un joven poeta de nombre Octavio Paz, con quien estuvo casada más de 20 años y con quien procreó una hija."Fue una mujer fascinante de una cultura asombrosa e inteligencia notable", dijo el realizador Arturo Ripstein, quien la conoció en 1965 en casa del escritor Carlos Fuentes. "Elencitos", como la llamaba Paz, creó 16 piezas de teatro, 12 guiones de cine, unos 50 artículos periodísticos y cerca de 15 libros entre cuentos, relatos y novelas.La también coreógrafa y poetisa, de ascendencia española, hizo aportes al realismo mágico y experimentó con el teatro de cámara. Abordó temas como el cacicazgo, el mestizaje o la revolución mexicana. "Su narrativa es fundamental para entender la transición en la literatura mexicana", explicó Luz Elena Gutiérrez de Velasco, especialista en literatura femenina del Colegio de México. "Sus novelas tienen una fuerte carga lírica", agregó.La autora de "Los recuerdos del porvenir", su obra cumbre, fue una férrea defensora de los indígenas, la reforma agraria y los derechos de la mujer. Por ello se relacionó con líderes sindicales como Javier Rojo Gómez (dirigente campesino) y dio apoyo incondicional a Carlos Madrazo, entonces dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI)."Elena llega despampanante y furiosa al despacho del gobernador, al del procurador de justicia, todos los ujieres le ceden el paso. Ir vestida con prendas de Dior, Chanel o Jacques Fath es una estrategia para impresionar", según la escritora Elena Poniatowska. Sin embargo, el trabajo de Garro, alabado por los escritores Juan Rulfo y Jorge Luis Borges, ha sido opacado por una leyenda negra que comenzó incluso en vida de la creadora de "Memorias de España 1937".Desde su relación con Paz, que según algunos le prohibía escribir, y presuntos amoríos, hasta acusaciones de espionaje o supuestos nexos con Lee Harvey Oswald, asesino del presidente John F. Kennedy, Elena Garro siempre estuvo en el escrutinio público. Una de sus biógrafas, Patricia Rosas Lopátegui, dijo que la descalificación de Elena comenzó antes de los años 60 porque "siempre denunció la corrupción del sistema político mexicano, las injusticias o la hipocresía intelectual"."Había críticos que pensaban que si escribían sobre ella ofenderían a Paz", dijo la investigadora del Colmex. Tras un exilio, en 1993 Elena Garro y su hija regresaron a México y se instalaron en Cuernavaca. Hasta el último día de su vida la escritora estuvo acompañada por sus adorados gatos, presa de un delirio de persecución.
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