Piden paz
Convertidos en un río humano iluminado, 500 cordobeses de diversos sectores participaron en la marcha silenciosa para reclamar seguridad
Mariana Toriz /El Mundo de Córdoba
México 31 de agosto, 2008
¡Sí se puede...! fue el grito que retumbó en el parque 21 de Mayo, como una muestra de esperanza y un reclamo a las autoridades de que es posible garantizar la seguridad, que ayer demandaron miles de mexicanos en la marcha Iluminemos México.
Pero también fue la confirmación de que los cordobeses pueden unirse por una causa común, como lo demostraron ayer más de 500 ciudadanos de diversos sectores, que identificados con ropa blanca, marcharon durante una hora por las calles de la ciudad, para pedir de manera silenciosa un cese a la violencia y delincuencia.
Bajo un cielo nublado los ciudadanos, empresarios, líderes religiosos y hasta militantes de diferentes partidos, se unieron a la demanda que los unificó en bien de la sociedad.
Sobre la calle 9 entre avenidas 7 y 9, llegaron como ciudadanos para sumarse al reclamo, el obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Patiño, así como los empresarios Otón Porres, Guillermo Rivas y Jaime Crivelli; este último sufrió hace casi tres años el secuestro de una de sus hijas.
Después de una hora y media de espera, la marcha emprendió su ruta hacia la avenida 3, bajo la mirada expectante de los ciudadanos que salían de los negocios para observar los cientos de cordobeses que bajo el reclamo de una mayor seguridad, se lanzaron a la calle.
Escoltados por dos patrullas de la Dirección de Tránsito y Vialidad, caminaron sobre la calle 13 hacia la avenida 1, que por el tráfico tuvieron que realizar cuatro paradas, durante el trayecto hacia el parque 21 de Mayo.
En ese tramo, se sumó como “ciudadano”, el coordinador de Fomento Agropecuario Juan Zilli, quien fue el único funcionario que participó.
Aunque no se trato de un desfile cívico o deportivo, la marcha interrumpió por lapso de una hora el tráfico sobre la avenida 1, bajo el reclamo de tener en el país “paz y tranquilidad”.
Al llegar a la explanada del parque, las luminarias se apagaron para iluminarse con la luz de las velas que portaron los ciudadanos y que después de entonar el Himno Nacional Mexicano, las colocaron en el piso.
Los gritos de “¡Viva México!, ¡viva la paz!, ¡viva Córdoba!” se escucharon entre los ciudadanos que después de un largo aplauso entonaron la canción de esperanza “Escucha hermano”.
Después de las ocho y media de la noche, poco a poco se fueron retirando de la plaza los participantes, mientras que en su mayoría niños, se entretenían para colocar sus velas sobre el piso para dar continuidad a la palabra “paz”.
Los hermanos Monserrat y Javier Carús, participaron por primera vez en una marcha ciudadana, donde su mayor petición fue que las autoridades realicen “bien su trabajo” para protegerlos, acabar con los robos y la comercialización de niños y niñas.
Aunque retirados de la marcha, personal de Protección Civil del Ayuntamiento, así como del área de Comunicación Social apagaron por más de media hora las lámparas del parque.
Convertidos en un río humano iluminado, 500 cordobeses de diversos sectores participaron en la marcha silenciosa para reclamar seguridad
Mariana Toriz /El Mundo de Córdoba
México 31 de agosto, 2008
¡Sí se puede...! fue el grito que retumbó en el parque 21 de Mayo, como una muestra de esperanza y un reclamo a las autoridades de que es posible garantizar la seguridad, que ayer demandaron miles de mexicanos en la marcha Iluminemos México.
Pero también fue la confirmación de que los cordobeses pueden unirse por una causa común, como lo demostraron ayer más de 500 ciudadanos de diversos sectores, que identificados con ropa blanca, marcharon durante una hora por las calles de la ciudad, para pedir de manera silenciosa un cese a la violencia y delincuencia.
Bajo un cielo nublado los ciudadanos, empresarios, líderes religiosos y hasta militantes de diferentes partidos, se unieron a la demanda que los unificó en bien de la sociedad.
Sobre la calle 9 entre avenidas 7 y 9, llegaron como ciudadanos para sumarse al reclamo, el obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Patiño, así como los empresarios Otón Porres, Guillermo Rivas y Jaime Crivelli; este último sufrió hace casi tres años el secuestro de una de sus hijas.
Después de una hora y media de espera, la marcha emprendió su ruta hacia la avenida 3, bajo la mirada expectante de los ciudadanos que salían de los negocios para observar los cientos de cordobeses que bajo el reclamo de una mayor seguridad, se lanzaron a la calle.
Escoltados por dos patrullas de la Dirección de Tránsito y Vialidad, caminaron sobre la calle 13 hacia la avenida 1, que por el tráfico tuvieron que realizar cuatro paradas, durante el trayecto hacia el parque 21 de Mayo.
En ese tramo, se sumó como “ciudadano”, el coordinador de Fomento Agropecuario Juan Zilli, quien fue el único funcionario que participó.
Aunque no se trato de un desfile cívico o deportivo, la marcha interrumpió por lapso de una hora el tráfico sobre la avenida 1, bajo el reclamo de tener en el país “paz y tranquilidad”.
Al llegar a la explanada del parque, las luminarias se apagaron para iluminarse con la luz de las velas que portaron los ciudadanos y que después de entonar el Himno Nacional Mexicano, las colocaron en el piso.
Los gritos de “¡Viva México!, ¡viva la paz!, ¡viva Córdoba!” se escucharon entre los ciudadanos que después de un largo aplauso entonaron la canción de esperanza “Escucha hermano”.
Después de las ocho y media de la noche, poco a poco se fueron retirando de la plaza los participantes, mientras que en su mayoría niños, se entretenían para colocar sus velas sobre el piso para dar continuidad a la palabra “paz”.
Los hermanos Monserrat y Javier Carús, participaron por primera vez en una marcha ciudadana, donde su mayor petición fue que las autoridades realicen “bien su trabajo” para protegerlos, acabar con los robos y la comercialización de niños y niñas.
Aunque retirados de la marcha, personal de Protección Civil del Ayuntamiento, así como del área de Comunicación Social apagaron por más de media hora las lámparas del parque.
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